Un grueso candado franqueaba ayer a la tarde la puerta del club Unión Muñecas, ubicado en Emilio Castelar al 3.200. Según contaron los vecinos, la institución estuvo presidida durante varios años por Juan Salvador Trayan, pero hace poco habría quedado en manos de su hijo, Julio César, que quedó detenido al estar acusado de integrar una banda dedicada a la comercialización de drogas.
Según un volante que fue entregado por vecinos a LA GACETA, en el club se iba a realizar hoy una charla contra las adicciones abierta a todo público auspiciada por el legislador Ramón “Cacho” Cano y su esposa, la concejala Graciela Suárez. Por el momento, trascendió que se había suspendido hasta nuevo aviso.
“En esta zona la droga sobrepasó todo. Tengo un hijo adicto y debo que fijarme que no me venda las cosas para comprar porquerías. Y poco nos ayuda lo que pasa en el barrio. En ese club pasa de todo, siempre se ve gente con alcohol y drogas afuera, en la vereda”, advirtió Roberto, quien vive en las cercanías. Su esposa Griselda le mostró a LA GACETA todos los papeles de trámites que tuvo que hacer en la Justicia, en la Policía y en hospitales por su hijo.
El miedo
A los vecinos se los nota cansados, con ganas de hacer algo para cambiar la situación de la venta de drogas en Villa Muñecas, pero también tienen mucho temor. Ellos vincularon la venta de paco a un tal “Leiva” y a otro tal “Machuca” en la zona. También dijeron que el primero de ellos tiene buena relación con Trayan y “pasan buenos ratos charlando a la tarde, en el club”.
A este último dato lo pasó Marta, quien también tiene un hijo adicto en la zona. “En el barrio se corren muchos rumores sobre esa familia, pero si realmente venden, lo hacen bien porque no pudimos verlos nunca. Lo que sí pasa es que todas las noches hay chicos fumando paco en esa vereda. Uno de ellos lamentablemente es mi hijo, que hasta llegó a vender su moto para comprar ese maldita sustancia. Todo lo que es ilegal, corre acá”, denunció.
A pocas cuadras de allí, donde reside Trayan, los vecinos juran que jamás vieron nada raro. “Hace 30 años que vivo acá. Corre mucha droga, pero jamás lo vi a él en nada raro”, contó Pedro. Su hijo, Marcos, señaló que al detenido la gente lo quiere por su actividad en el club. “A veces nos da plata para la gaseosa”, afirmó.
La familia del acusado le dijo a LA GACETA que preferían no hablar aún. “Sólo puedo decir que estamos sorprendidos y que él es inocente. Tiene un buen trabajo, no tiene necesidad de meterse en algo así”, explicó uno de sus parientes, que prefirió no dar su nombre.
Dimes y diretes
Por celular.- Ayer, a los pocos minutos de que se conoció la noticia sobre el presunto vínculo del empleado legislativo Julio César Trayan con la comercialización de estupefacientes, a los celulares de los dirigentes políticos del oficialismo y de la oposición comenzaron a llegar fotografías del sospechoso en las que aparecía posando con dos referentes del justicialismo tucumano. En otra de las imágenes se veía al dirigente peronista en una especie de “panfleto virtual” de campaña para el Sindicato de Obreros y Empleados Municipales (SOEM). “César Trayan - Sumate al cambio, SOEM, capital”, reza el texto.
Tareas.- El legislador oficialista Ramón Santiago Cano, jefe del bloque Tucumán Crece, afirmó que, en su carrera política, “siempre” buscó “combatir el delito del narcotráfico”. Hasta el año pasado, su esposa, Graciela del Valle Suárez de Cano, era presidenta de la comisión de Prevención y Lucha Contra las Adicciones de la Legislatura. La dirigente, hoy, es concejal en San Miguel de Tucumán por el oficialismo. La cercanía con los Trayan es tal que el padre del sospechoso, Salvador Trayan, formaría parte del equipo de asesores de la concejal Suárez de Cano (también adscripto desde el municipio capitalino).
Vuelo propio.- En el bloque oficialista cayó como una “bomba” la detención de Julio César Trayan. “No era un dirigente barrial más; se supone que tenía vuelo propio”, remarcó un vocero, que recordó el pasado kirchnerista del sospechoso.